Como hemos comentado en más de una ocasión en este blog, la falta de financiación es una de las claves principales que explica la lentitud de la recuperación económica española. El crédito no solo se precisa para afrontar el día a día de las empresas, sino que también es la llave para afrontar los procesos de expansión y crecimiento. Durante estos tiempos de crisis, las pymes, que son las que más dificultades han tenido para acceder a los préstamos bancarios, han apelado constantemente a sus propietarios y accionistas vía ampliaciones de capital. Pero hasta el bolsillo de las pymes parece que empieza a estar exhausto. De acuerdo con los datos recopilados por nuestro Gabinete de Estudios Económicos, las ampliaciones de capital realizadas por las pymes entre enero y mayo cayeron un 26,7% respecto al mismo periodo de 2013 y se situaron en 8.037,4 millones de euros, la cifra más baja para el periodo analizado desde el año 2010. Por otra parte, las grandes empresas ampliaron capital por 9.868,95 millones de euros, rebasando por primera vez desde 2011 el importe captado por las pymes vía ampliaciones. Sin embargo, hay que tener en cuenta de que de esa cifra antes mencionada, 5.870,56 millones pertenecen a ampliaciones realizadas por distintas sociedades de la eléctrica Iberdrola; es decir, descontado este efecto, las ampliaciones realizadas por grandes empresas de la economía real (excluido el sector financiero) habrían sumado 3.998,4 millones. Se trata, con mucho, de la cifra más baja acumulada entre enero y mayo durante los años de crisis. Y hay otro dato aún más esclarecedor: el número de operaciones registradas está en los niveles más bajos desde 1999; 14.812 en pymes y 232, en grandes corporaciones. Lo que se pone de manifiesto es que cada vez se capta menos capital y cada vez son menos empresas las que recurren a la fórmula de la ampliación para obtener fondos con los que financiar su actividad.